martes, 8 de junio de 2010

Cuento: La guerra de las hormigas.



Este es un cuento que utilizo para concienciar a los niños y niñas sobre el maltrato a los animales tratando de enseñarles el amor por los animales.








LA GUERRA DE LAS HORMIGAS

Antonio es un niño muy travieso. Le encanta jugar en la calle, en el parque y en el patio de su casa. Siempre anda buscando pequeños insectos con los que le gusta jugar. Desde muy pequeñito, Antonio jugaba con los insectos sin hacerles daño, los cuidaba muchísimo y les buscaba comida. Ahora, ya tiene cinco años, y dice que ya es un niño grande, pero, ya no cuida tanto de los animalitos que encuentra, sino que los maltrata.

A veces, coge una araña pequeñita, le arranca las patas y va corriendo a enseñárselas a otros niños de su barrio.

Un día empezó a cazar mariposas, las metía en pequeños tarros de cristal y cuando tenía muchas, les arrancó una de sus alas para comprobar si así podían volar.

Al día siguiente, buscó en el jardín de su casa un buen número de escarabajos y les quitó las patas de atrás, dibujó una pequeña pista en el suelo y los colocó en la salida para ver cuál de ellos corría más y quién llegaba primero a la meta.

En otra ocasión, el travieso de Antonio fue buscando los hormigueros que había en el patio de su colegio y cuando los encontraba, pisaba la salida de las pobres hormiguitas que salían a buscar su comida para pasar el frío invierno. Así se pasó la media hora de recreo disfrutando al ver a las pequeñas hormiguitas desorientadas buscando la entrada de su casa y dando vueltas y vueltas alrededor de los montoncitos de arena que habían tapado la entrada. ¡ Cómo se divertía Antonio ese día!.

Al llegar a su casa quiso volver a divertirse otra vez como en el colegio, por lo que salió al patio de su casa y fue en busca de otro pequeño hormiguero que días antes había visto en la tierra del jardín. Sin pensarlo, dio un fuerte pisotón a la entrada y de nuevo comenzó a reírse de las pobres hormiguitas que no encontraban el camino de regreso a su casa. Así pasó toda la tarde hasta que ...

-Antonio pasa y dúchate que la cena está lista-le llamó su mamá desde la puerta.

Al acostarse, Antonio todavía se reía de las pobres hormiguitas sin casa .¿Dónde pasarán la noche ahora?- pensada mientras se dormía.

Pero esa noche le trajo sorpresas a Antonio. De pronto sintió que había algo que le bullía dentro de su pijama. Empezó a sentir miedo y se tapó hasta las orejas, pero esa cosa comenzaba a darle pequeños bocaditos por todo su cuerpo. Antonio gritaba y gritaba pero los mordisquitos no paraban. Dio vueltas y más vueltas para lograr quitarse de encima esa cosita que no paraba de morder todo su cuerpo, pero no lo conseguía.

-¡No puedo más, déjame tranquilo!- gritaba Antonio a su incómodo intruso.

Al destaparse, no podía creer lo que veía, cientos de hormiguitas cubrían su cuerpo y susurraban:

-Esta es la venganza por tu comportamiento. Nos has dejado sin casa, pues ahora viviremos contigo. Nos has dejado sin comida, pues comeremos de ti.
Antonio les pidió perdón, les suplicó que le dejaran dormir porque tenía mucho sueño, pero las hormiguitas no le hicieron caso y siguieron su tarea.

Así pasó Antonio toda la noche sin poder dormir y llorando de dolor. Al llegar el día, salió corriendo al patio y fabricó un precioso hormiguero para que viviesen allí y no le molestasen más. Y así fue, aunque desde ese día, Antonio, no volvió a hacer daño a ningún animalito y ayudaba a todos los que veía con problemas. A partir de entonces, se hizo amigo de todos los insectos de su jardín y por las tardes salía de su casa a jugar con ellos y a darles de comer.





Y COLORIN COLORADO
CON LOS ANIMALES
HAY QUE TENER
MUCHO CUIDADO.

Ana Rubio

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