“A mis niños y niñas”
Es el momento de despedirnos de esta etapa.. El hermoso viaje que comenzamos juntos llegó a su fin. No debe de ser un momento triste sino motivo de alegría pues significa que has crecido y tienes que continuar el camino.
¡Qué lindo es mirar para atrás, como asomándose por una ventana y recordarte con esa carita de asustado, con tu chaquetón nuevo , tu mochila nueva, agarrado a la pierna de la mamá y llorando desconsoladamente!.
Ese momento quedará grabado en mis recuerdos para siempre y al hacerte mayor, y cuando te vea caminar de la mano de alguna novieta o algún noviete me vendrán a la mente esos recuerdos y me reiré un poquito, pero me sentiré muy orgullosa porque un granito de esa “personita” lo sembré en mi clase durante tres magníficos años.
Trabajamos mucho, como hormiguitas laboriosas, sin descuidar los detalles, compartiendo y ayudándonos a crecer mutuamente, pues tú y tus compañeros y compañeras me enseñásteis muchas cosas y creo que yo a vosotros también.
Muchas veces, te diría que casi todos los días, me sentí una gallina, rodeada de sus pollitos. Compartimos charlas , disfrutamos con juegos, os divertía con cuentos y canciones y fui viéndote crecer desde tus 3 añitos hasta hoy que has crecido tanto….Debo reconocer que disfruté mucho estando contigo , porque tu entusiasmo y curiosidad me contagiaron y renovaron cada día. Junto a tu familia intentamos hacer de tí una buena persona, quisimos educarte en libertad, hacer que crecieran tus alas para ayudarte a volar durante toda tu vida. Hemos pasado momentos buenos y….. de los otros. Me quedo con la carcajada, la emoción, la sorpresa, los perdones, el juego, la alegría... Puse de mí lo mejor. Pido perdón por aquellas cosas que me salieron mal, aún proponiéndome hacerlo bien. Yo te aseguro que un lugar en mi corazón será siempre tuyo...
Querida familia hoy quiero agradecer el trato que me han dado a lo largo de estos maravillosos tres años. ¡Gracias por haberme confiado a tu tesoro más grande, tu hijo, tu hija!
A los papás que hoy también están tristes porque la realidad les dice que sus pequeños bebés ya no son tales, sino que se han convertido en mujercitas y muchachotes, les doy las gracias por su apoyo continuo, por su trabajo, su comprensión, su confianza y su amistad.
A ti, no quiero decirte adiós, mejor “hasta luego” porque siempre estaré ahí para lo que necesites.
“Revisa cada día tu corazón porque cada mañana dejaré un beso para que no me olvides”
Las seño Ana que os quiere muchísimo…
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