martes, 25 de mayo de 2010

Cuento: El niño sucio

Cuento creado para trabajar hábitos de higiene personal con niños y niñas de infantil.



EL NIÑO SUCIO

Timy era un niño muy nervioso. Se pasaba el día haciendo travesuras en su casa y en el cole y no paraba ni un momento. A Timy no le gustaba bañarse, no cuidaba su aspecto personal, por eso, en el colegio, muchos niños y niñas se alejaban de él quejándose porque casi siempre olía mal. A Timy no le importaba quedarse solo y si los maestros le preguntaban el porqué de esa situación, él siempre contestaba:

-No me importa, estoy mejor solo.

La madre de Timy, que era una mujer muy limpia y aseada, se pasaba todo el día regañando a Timy para que se lavase, aunque casi nunca lo conseguía.

Era tan “marrano” que un día la nariz de Timy llamó a la boca.

-¡Oye amiga boca!, ¿qué te parece la actitud que está tomando Timy últimamente?.

La boca le contestó:

-Mira nariz, yo ahora lo estoy pasando muy mal. Hace más de un mes que Timy no se cepilla los dientes, por eso tengo restos de comida por todos los rincones y como es de hace tantos días, pues huelo fatal, además, mi lengua se está poniendo blanca y mis dientes empiezan a tomar un color oscuro. Ahora le ha dado por comer chucherías y mucho chocolate.

-¡Qué horror!.

-Sí, pues eso no es nada, a mí ya me están empezando a salir caries y mis preciosos dientecillos se están estropeando. Si esto sigue así, se me caerán todos. ¡Estoy tan triste!.

-A mí tampoco me trata mejor- le contestó la nariz- ya no se suena con pañuelo y cuando tengo moquitos, se empieza a meter los dedos una y otra vez hasta que acabo sangrando. Todos los días me hace una herida con sus enormes y afiladas uñas, y como no se las lava ni se las corta, las lleva tan largas, y tan sucias, que las heridas las tengo infectadas, por eso, estoy empezando a inflamarme y tengo tanto dolor. Si esto sigue así ¿qué pasará conmigo?.

- Pues eso no es todo amiga nariz. Si alguna vez Timy bebe algo bueno para su salud, como un vaso de leche, se lo toma tan caliente, que me quema entera, y paso una temporada enferma. En otras ocasiones, se toma los alimentos tan fríos, que se me congelan hasta las encías y, ¡es tan desagradable!.

- Yo creo que nos maltrata demasiado....

Estaban hablando tranquilamente cuando sintieron una vocecita que les gritaba:

- Yo tampoco recibo un trato mucho mejor que el vuestro.

-¿Quién está hablando? – preguntaron la nariz y la boca enseguida.

- Soy yo, la oreja- contestó.

- Y, ¿a ti, qué te pasa?- le preguntó la nariz.

- Hablad más fuerte, que no os oigo.

- ¿Qué a ti qué te pasa?- gritaron a la vez nariz y boca.

-Pues que Timy, se pasa todo el día metiendo cosas en el oído. Unas veces se mete un lápiz, otras se mete una llave, y muchas otras cosas como: palos, tijeras de punta redonda, hojas de papel, ...¡de todo!, hasta que ya no lo aguanto más y se me explota el tímpano. Por eso cada día estoy más sorda. La mayoría de vuestras conversaciones ya no las oigo y... ¡me estoy quedando sorda!.

-Y, ¿qué os parece si hacemos algo para que Timy tenga más cuidado?- dijo la nariz.

La boca pensó un momento y contestó:

- Os propongo que hagamos un pacto para que Timy se dé cuenta de que nos está maltratando, y de que queremos que empiece a cuidarnos un poquito.

- Estoy de acuerdo- afirmó la oreja- las tres unidas tendremos más posibilidades de conseguirlo.

Así fue como la nariz, la boca y la oreja se pusieron de acuerdo y juntas decidieron que no dejarían pasar por ellas más aire, hasta que Timy prometiese comportarse mejor.

La boca habló con Timy y le dijo que no podría respirar más hasta que no hiciera la promesa de cambiar su conducta con ellas.

Timy, que era el niño más descuidado del planeta, no le dio importancia a sus palabras y siguió jugando sin hacer caso.

Al rato, Timy sintió que le faltaba el aire en sus pulmones y empezó a pensar en lo que le habían dicho. Ya estaba poniéndose colorado por falta de aire y aún así no quería hacer su promesa, pues pensaba que la nariz y la boca se iban a arrepentir y le dejarían respirar.

Se equivocaba, pues ni la nariz ni la boca se iban a echar atrás en su decisión.

Había pasado ya tanto rato que Timy empezaba a sentir que se mareaba . ¡Ya no aguantaba más! Y ...

- ¡Lo prometo!. ¡Lo prometo!- gritaba Timy desesperado- ¡Necesito aire!.


En ese momento, le dejaron respirar y desde ese día, Timy parecía otra persona.

Era el niño más curioso y aseado de todo el colegio. Ahora Timy se comportaba estupendamente y tenía una conducta excelente:

- Se sonaba la nariz con pañuelos limpios.
- Se lavaba las manos antes de comer.
- Procuraba comer pocas chucherías y chocolate.
- Cepillaba sus dientes después de cada comida.
- No se metía nada en los oídos.
- Y , una vez al año acudía voluntariosamente a sus revisiones al dentista y al otorrino.

Se cuidaba tanto que ni la boca, ni la nariz ni la oreja volvieron a quejarse de Timy nunca más.

Y COLORIN COLORADO
ES MEJOR SER ASEADO
Ana Rubio

Cuento: Una Tortuga Valiente



UNA TORTUGA VALIENTE”





Había una vez una tortuga llamada Rosi que vivía en una enorme charca. Allí vivían también su papá, su mamá, sus hermanos pequeños y otros animales: ranas, insectos, lagartos, ... y era allí donde venían a beber agua los conejos y los pajaritos del campo.

Hacía tanto tiempo que no había llovido, que la charca se estaba quedando sin agua. Los animales estaban cada día más tristes porque sabían que cuando la charca se secara tendrían que separarse y buscar otro lugar para vivir.

Rosi, que era una tortuga muy atrevida y aventurera, decidió partir en busca de ayuda.

-¡ No te vayas Rosi, que el campo es un lugar muy peligroso para una pequeña tortuga!- le decía su mamá muy preocupada.

Pero Rosi era muy valiente, y sin pensarlo, dio un beso a su familia y amigos y salió caminando lentamente.

Caminó todo el día y habló con muchos animales, pero ninguno pudo ayudarla. Cuando llegó la noche se cobijó debajo de lo que creía que era un piedra y allí se durmió.

Al despertar, sintió que alguien le gritaba:

-¿ Quieres apartarte de mi camino?. Tengo que subir en busca de mi desayuno- le gritaba un caracol muy pequeñajo.

-¡Hola caracol!, ¿ cómo te llamas?.

- Soy Caracolín. Mi familia vive en esta lechuga y les da miedo subir porque tú estás aquí.

-¿ Y tú, no tienes miedo?.

-No. Nada me asusta, soy el caracol más valiente del país de las lechugas.

-¡Oye!, ¿podrías ayudarme?. Vivo con mi familia y muchos otros animalitos en una charca. La charca se está secando y si no llueve pronto moriremos todos. No sé qué hacer ni adónde ir.

-Claro que puedo ayudarte. Tienes que ir al país de la hadas y llamar al Hada Primavera. Sólo ella puede ayudarte. ¡Vamos, te acompañaré!.

-Muchas gracias Caracolín. Eres un buen amigo.

Y caminaron juntos durante muchos días...

Al fin llegaron al bosque de las hadas. Estaba oscuro porque allí había millones de árboles. Rosi y caracolín se fueron adentrando poco a poco en la espesura. De vez en cuando, se paraban a llamar al Hada Primavera.

De repente, algo brillante les llamó la atención. Era un hada blanca, con sus alas de algodón, su cuerpo también blanco que brillaba en la oscuridad, y unos graciosos zapatitos de terciopelo blancos. ¡Era preciosa!

-¡Hola! -dijeron- ¿Tú eres Hada Primavera?

-No, soy Hada Invernal, nuestra compañera Hada Primavera está muy enferma y no puede salir de su casa.

-¿Crees que nos dejaría verla?. Tengo que hablar con ella – pidió Rosi

-No puede hablar, para curarla necesitamos algas marinas y ninguna de nosotras sabe nadar.

-Y, ¿dónde están esas algas?- preguntó Rosi.

-¡Ahí! –contestó señalando una enorme masa de agua.

Sin dudarlo, Rosi se zambulló en el agua y al cabo de unos minutos apareció con su boca llena de algas marinas. Hada Primavera comió las algas y enseguida empezó a sentirse mucho mejor. Al curarse, quiso conocer a los animales que la habían ayudado.


-¡Hola!, gracias por ayudarme.

-¿Hola Hada Primavera! -dijo Rosi y poco a poco le contó su historia.

-¡Claro que yo puedo ayudarte amiga Rosi!

Hada Primavera salió volando con sus preciosas alas de elegantes tonos purpurina, que brillaban bajo los reflejos dorados del sol, y su pequeño cuerpo de bonitos colores, que iban dibujando el paisaje por donde iba pasando. Todo se transformaba a su paso: nacían preciosas flores de todos los colores, el campo se volvía más verde, los árboles sonreían y sus hojas bailaban con el leve soplo del aire primaveral. Todos se alegraban, y gritaban con fuerza y entusiasmo:

¡POR FIN HA LLEGADO LA PRIMAVERA!

Rosi y Caracolín bailaban con las hadas, sin darse cuenta que una fina lluvia de primavera los estaba dejando empapados.

-¡Está lloviendo!-gritaba Rosi llena de alegría.

También en la charca estaban disfrutando de la deseada lluvia, y, rápidamente prepararon una estupenda fiesta para celebrar la llegada de la tortuga más valiente que los animales de la charca habían conocido. Con la fiesta querían agradecerle su gran ayuda.

Desde ese día, todos fueron muy felices y cada primavera, organizan una divertida fiesta para la visita del Hada Primavera, que cada año, se pasa por la charca a ver a su nueva amiga Rosi.



Y COLORIN COLORADO
CON LA LLUVIA
HEMOS ACABADO.


Ana Rubio

Cuento: La oveja y el lobo


“LA OVEJA Y EL LOBO”


En un pequeño pueblo vive Marta, una niña de doce años que cuando no va al colegio, trabaja cuidando el rebaño de su abuelo. A Marta le encanta llevar a las ovejas a pastar a la montaña.
Su abuelo es ya muy anciano y durante la semana él se encarga de llevar al ganado al pie de la montaña. Los sábados y domingos Marta saca el ganado y lo lleva a lo más alto de la montaña para que coma hierba fresca.
-Marta, ten mucho cuidado y no subas tan arriba. Los demás pastores comentan que por allí ronda un enorme lobo- le dice su abuelo todas las mañanas antes de salir.
-No te preocupes abuelo, tendré mucho cuidado- le contesta Marta para tranquilizarlo.
Sin obedecer a su abuelo, Marta lleva a su rebaño a la cima más alta. Le encanta mirar desde allí el pueblo y ver sus casas tan pequeñitas y a la gente que parecen hormiguitas caminando de aquí para allá.
Se pasa todo el día mirando hacia el pueblo, hablando en voz alta y escuchando el eco de su voz, o bien, juega a buscar insectos. A Marta le encanta ser pastora. De mayor le gustaría tener su propio rebaño.
Al llegar la tarde, Marta reúne el ganado y baja a encerrarlas al corral.
Pero un día, una de las ovejas se quedó perdida en la montaña. Cuando la pobre oveja se dio cuenta de que se habían marchado sin ella, se puso muy triste. Ella sola no sabía regresar. ¿Qué iba a hacer ella allí solita?.
-¡Beeee, beeee!- balaba la oveja lo más fuerte que podía, pero no había respuesta, nadie la escuchaba.
Sin saber qué hacer, se tumbó cerca de unas rocas, al menos allí no pasaría mucho frío. Tenía tanto miedo que cerrró fuertemente los ojos y se quedó muy quieta.
De pronto, sintió algo. Alguien se estaba acercando. Pensando que sería Marta que venía a recogerla, abrió los ojos y…
-¡Beeee!- gritó.
Delante de ella, mirándola fijamente, estaba el enorme lobo del que hablaba la gente del pueblo. Tenía unos colmillos afiladísimos y la boca más grande que jamás había visto.
Quería correr, pero sus patas no le respondían. No podía levantarse y pensó que había llegado su fin. Aquel lobo se la iba a comer de un solo bocado.
En cambio, el enorme lobo se quedó quieto, mirándola y le dijo:
-¿Por qué no corres?, cuando me acerco a alguien siempre salen corriendo.
-No puedo, el miedo ha paralizado mis patas- le contestó
-¿Me tienes miedo?, pero ¿por qué?- preguntó el lobo.
-¿Por qué? Pues porque eres un lobo y comes ovejas.
-¿Qué yo como ovejas? ¡Qué asco!, pero si soy vegetariano.
-¡Un lobo que come hierba! ¡ja,ja,ja!. Si se lo cuento a las demás me tomarán por loca. ¡Ja,ja,ja! Un lobo vegetariano.
- Y tú, ¿ de qué te ríes?- le pregunta el lobo un poco enfadado.
-No te enfades, es que jamás me lo hubiese imaginado. La gente del pueblo comenta tantas cosas sobre ti, que te tenemos pánico.
- Ya ves, no se puede hacer caso de los comentarios- le reprocha el lobo- Por cierto, ¿ te gustaría ser mi amiga?. Todo el mundo me teme y nunca he tenido ningún amigo ni amiga. Estoy siempre tan solo y tan aburrido.


Pasaron casi toda la noche hablando. Un poco antes del amanecer se quedaron dormidos.
Marta, como cada mañana, llegó muy temprano a casa de su abuelo. Sacó a las ovejas del corral y subió a la montaña.
Se quedó parada. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo. La oveja que le faltaba, que creían devorada por el feroz lobo de la montaña, dormía plácidamente al lado del malvado lobo del que tanto había oído hablar en el pueblo.
Al sentir al resto de las ovejas, los dos amigos se despertaron. El lobo no sabía lo que hacer cuando vio a Marta mirándolo y se quedó quieto al lado de su amiga.
La oveja le contó a sus compañeras todo lo sucedido y se rieron un buen rato al saber, que aquel lobo al que tanto temían, comía hierba.
Sin darle mayor importancia, las ovejas comenzaron a saborear la exquisita hierba. Marta no se movía, pero sabía que si las ovejas no le tenían miedo al lobo, ella tampoco tenía que temerlo.
El lobo un poco más tranquilo se puso a comer al lado de su amiga ante el asombro de Marta.
Desde aquel día, el lobo espera impaciente la llegada de sus amigas que como cada sábado y domingo suben a pastar a la montaña más alta con su pastora Marta.
Se ha hecho amigo de todas las ovejas y se lo pasan estupendamente durante todo el día.

COLORIN COLORADO
ESTOS BUENOS AMIGOS
JUNTOS SE HAN QUEDADO

Ana Rubio

Cuento: Mi Caballo de Colores



MI CABALLO DE COLORES


Isa es una niña de 4 años. Vive en una casa con su papá, su mamá y José, su hermano pequeño.

Desde muy pequeñita, a Isa le gusta mucho pintar y colorear sus dibujos. Por eso, su mamá siempre le regala lápices y cajas de colores para que juegue en su casa.

Un día, Isa dibujó un precioso caballo y lo pintó con todos los colores que tenía. Le había salido tan bonito que... ¡Qué contenta estaba de su precioso caballo de colores!.

Después de mirarlo un buen rato, a Isa le dio mucha sed. Sacó la botella de agua de la mochila, bebió y la dejó encima de la mesa.

-¡Tengo mucha hambre!- le dijo a su hermano que estaba jugando con un camión en el suelo del comedor y, se fue hacia la cocina.

Después de comer unas galletas, volvió para seguir pintando y ...

-¡Mamá, mamá!, Jose ha roto mi precioso caballo de colores –gritaba la pobre casi llorando.

Jose había cogido la botella de agua y la había vaciado sobre el dibujo de su hermana, haciendo que todos los colores se mezclasen y que su dibujo, quedara tan difuminado que apenas podía distinguirse.

-No te preocupes cariño-le dijo su mamá consolándola, -ya verás cómo mamá te lo arregla enseguida. Vosotros subid a echar la siesta y cuando os levantéis estará como nuevo.

¡TAC TAC!
Alguien estaba tocando en la ventana de la habitación.

-¡Hola Isa!.Soy yo, tu precioso caballo de colores.

Isa no podía creerlo. Allí, volando delante de su ventana estaba su caballito.

-Subid a mi lomo que vamos a dar un paseo- les dijo el caballo a los dos niños.

Así, montados sobre su caballo, pasaron toda la tarde . Volaban por encima de las casas, por encima de los árboles, por encima del parque, ...¡Qué alto volaban los tres!. ¡Cómo se divertían y disfrutaban de su paseo!.

-¡Arre caballito, arre!- chillaba Isa muy contenta.

Estaba tan distraída y emocionada, que no se había dado cuenta de que alguien la estaba llamando. Miraba y miraba por todas partes y no lograba ver a nadie, aunque seguía escuchando su nombre cada vez más fuerte.

-¡Isa, Jose, despertaos que ya es muy tarde!.

Isa se frotó los ojos de mala gana y miró a su alrededor. Allí, de pie junto a la puerta del dormitorio, estaba su madre. Siguió mirando por todas partes en busca de su precioso caballito, pero no vio nada.

Entonces, ¡todo había sido un sueño! ¡ Un maravilloso sueño!

Bajó corriendo las escaleras y buscó su dibujo. Su mamá lo había puesto al sol para que se secara y ya estaba bastante seco. Lo cogió y se quedó allí, mirando a su precioso caballo de colores.


Y colorín colorado
Con un bonito sueño
Este cuento se ha acabado.
Ana Rubio

lunes, 24 de mayo de 2010

Obra de teatro




Con motivo de las jornadas dedicadas para commemorar el Día del libro surgió la idea de llevar a cabo una proyecto de animación a la lectoescritura y culminarlo con la puesta en escena de la obra de teatro "Caperucita de Colores".


El resultado final ha sido un rotundo éxito.


La participación ha sido bastante elevada desde los niños y niñas de la Guardería Municipal hasta el alumnado de infantil, 1º y 2º ciclo de primaria.